De un tiempo para acá se escucha a la gente hablar muy a
menudo de nuevos espacios en la red llamados blogs. Se habla de blogueros
(término que será incluido en la próxima edición del diccionario de la Real
Academia Española), que son personajes llenos de opiniones, críticas y, en
general, de cosas qué decir.
En mi timeline (o
cronología) de twitter aparece los
jueves, compartida por la cuenta oficial del periódico El Tiempo, el de mayor circulación
en esta zona del país, gran cantidad de enlaces a blogs con diferentes
temáticas, a lo que este medio denomina “jueves de blogs”. Para mí este es el
mejor momento de la semana en twitter, pues resulta interesante observar cómo
la gente del común empieza a apropiarse de la red para convertirse en
escritores, llegando a ser muchas veces tremendamente influyentes en las
dinámicas sociales y de información.
La primera vez que supe acerca de los blogs fue viendo en la
televisión un programa de cocina, en el cual los chefs estaban ansiosos ante la
llegada del crítico gastronómico más respetado e influyente del medio en la
ciudad. Lo sorprendente era que se trataba de un joven de alrededor de veinte
años, quien en su blog escribía críticas meticulosas de cada uno de los
restaurantes que visitaba. Este blog tenía cientos de seguidores, quienes al visitar
los restaurantes leían la crítica correspondiente antes de decidirse a comer allí. Esto es un
ejemplo de la descentralización de los “monopolios de la información”, pues, en
principio, cualquier persona puede escribir sobre lo que quiera, en el estilo
que lo prefiera.
Hoy por hoy ya es conocida la gran cantidad de blogs que
pueden encontrarse en la red, todos dedicados a los más variados temas, donde
por supuesto, la educación tiene su lugar.
En cuanto a su implementación en el aula, como se afirma en
el artículo de Tíscar Lara, es responsabilidad del docente y de los estudiantes
familiarizarse con el universo de los blogs antes de comenzar a utilizarlos.
Esto sólo puede lograrse leyendo muy a menudo blogs de diversas temáticas para
comprender sus dinámicas. Por mi parte disfruto mucho hacerlo, sobre todo con blogs de literatura, cine fotografía y sobre el bajo eléctrico.
Las posibles aplicaciones de esta herramienta en la clase de
lenguas son innumerables, pero me parece interesante el trabajo en proyectos,
en los cuales los estudiantes puedan expresar sus impresiones y opiniones sobre
los temas o actividades propuestos sin sentir que simplemente están haciendo
una tarea pues, como afirma Tíscar Lara, es muy importante hacer conscientes a
los estudiantes de que la actividad no es sólo una tarea y que no están
escribiendo para el profesor, sino para comunicar sus opiniones sobre los temas
de su interés. Actividades como escribir un artículo sobre una película o una visita
a un lugar como un museo, una reseña de un álbum musical de algún artista de su
preferencia, entre otras, pueden prestarse para que los estudiantes expongan su
opinión y comuniquen su visión del mundo, lo cual es la característica más
importante de este recurso que nos brinda la red.